NUESTRA HISTORIA

La Primera Generación: La Iaia Marieta

Principios del siglo XX. La bisabuela Maria Torres, vilafranquina de nacimiento, era una mujer emprendedora y la fundadora del negocio familiar de Can Jamà en la playa de Sitges. Su marido, Salvador Domingo, era pescador y sitgetano de nacimiento.

El negocio de la playa era una vida dura. Alquilamos los toldos de caña, que se quedaban instalados durante toda la temporada con sol, lluvia y viento; las butacas grandes de mimbre, que colocamos y quitamos allí donde las pedía el cliente, durante toda la temporada de verano. Las llevábamos desde la casa familiar de Can Jamà hasta donde elegían los clientes, normalmente solía ser delante mismo de su chalet de veraneo. Repartíamos butacas desde Terramar hasta la Fragata.

Los clientes de esa época eran familias que buscaban hacer vida social en un pequeño pueblo de pescadores, tranquilo que era nuestro pueblo y no venir a broncearse.

La Segunda Generación: La Iaia Elvira

Elvira Carbonell y su marido Rafel Domingo son la segunda generación. Rafael era el hijo de Marieta y Salvador.

En la época de la abuela Elvira fue cuando empieza a crecer el turismo en Sitges. Cada temporada había más turistas que venían a disfrutar de nuestro pueblo y de su clima. Las playas de Sitges estaban partidas en diferentes zonas y a la familia Jamà le correspondía la zona de delante del Hotel Subur y otra enfrente de el Chiringuito.

Elvira era la que llevaba el negocio de la playa. Era una persona con mucho carácter, sin miedo a nada y la matriarca de la Familia Jamá. Toda la familia convivía en la casa familiar en el centro del pueblo. En invierno se dedican todos a la pesca, directa o indirectamente y en verano, sobretodo las mujeres se dedican al negocio de la playa, mientras que los hombres siguen pescando. Pero todos colaboran: remendando redes de pesca, atendiendo a los clientes en la playa o colocando la tela en los toldos y llevando las sillas a su sitio, cada día bien temprano por la mañana o recogiéndose al atardecer.

Los toldos eran de tela, que se amarraban a 5 palos de madera. Estos estaban bien clavados en la arena y no se quitaban hasta el final de temporada. La tela se ponía cada mañana y se quitaba al atardecer. Las sillas eran butacas de mimbre y también había las sillas de madera en las que el cliente podía estar un poco más estirado, para estar más cómodo. Todo el material lo guardábamos en las "barracas" que habían en la pared. Ya no teníamos que llevarlo hasta casa.

La Tercera Generación: La Iaia Maria

El abuelo Rafel y la iaia Maria habian trabajado de pescadores, en la industria del textil y zapatera del pueblo y en verano en el negocio de la playa. Maria es la hija de Elvira i Rafel, la tercera de 4 hermanos, trabaja con su marido y su hermano pequeño en la playa de Sitges todos los veranos de su vida. A los 70 años se jubila su madre, y ella, su marido junto con sus hijas se hacen cargo del negocio.

El abuelo Rafel era una persona trabajadora, un poco seca y reservado. En cambio, Maria era muy cercana y cariñosa. Querida y respetada por familiares, amigos y vecinos: era de esas personas con las que siempre puedes contar con ellas, para cualquier problema que te surja. Aunque no hablaba idiomas, se hacía entender con personas de todo el mundo, era igual el idioma que hablaran.

En esta época el prestigio de Sitges ya era mundial.

Los toldos seguían siendo de tela, pero los palos eran metálicos y toda la estructura se queda fija durante toda la temporada de verano. Los materiales son más resistentes para soportar la inclemencias del tiempo.

Las hamacas son de madera primero y de metal más tarde y quedan totalmente planas. Y es que ahora la gente prefiere tomar el sol estirado. Las hamacas se recogen y se colocan en pilas cada tarde y se vuelven a colocar cada mañana, muy pronto. Es el momento más duro del día y se implica toda la familia, desde los más mayores hasta los más pequeños, en la medida de lo posible!

Los turistas, sobretodo europeos del norte, vienen a nuestro pueblo buscando sol y playa, por lo que pasan horas tostándose al sol. Es la época de la crema de zanahoria y el aceite para acelerar el bronceado.

La Cuarta Generación: Elvira

Se puede decir que Elvira ha crecido en la playa. Durante todo el año está morena, como si ella acaparara todos los rayos de sol, incluso en invierno. Elvira se hace cargo del negocio familiar en 1.992, cuando sus padres se jubilan. Es una persona afectuosa y atenta con sus clientes. Muy trabajadora e innovadora en el negocio (ya que lo conoce al dedillo): servicio de masajes, depósito de equipajes, cambiador,... diversifica servicios complementarios para que su negocio sea más atractivo. Su pedacito de La Ribera es más que "Sol y Playa".

Las hamacas son de resina, mucho más resistentes y ligeras. Los toldos siguen siendo de ropa y la estructura metálica. Debido al cambio climático, los turistas cambian sus hábitos a la hora de tomar el sol: Poca gente se está todo el día al sol, por lo que aumenta la demanda de sombra, tanto el toldo como la sombrilla. Somos más conscientes de los riesgos del sol, por lo que predominan las cremas con protección solar.

La Quinta Generación: Silvia


Hija de Elvira, Silvia es la segunda de 4 hermanas. Después de años de estudios, carrera y especialización en el ámbito social y clínico, a causa de la crisis que vive nuestro país, hacia el año 2016 decide hacer un cambio radical y trabajar con su madre en el negocio familiar en la playa de Sitges. Es una profesión dura, con mucha incertidumbre pero que te permite una libertad que otras profesiones no te permiten: viajar, conocer gente y culturas diferentes. Afable, con mucho carácter y una gran sonrisa, es una manitas, que le encanta hacer ella misma el mantenimiento del material y tiene muy claro lo que tendría que ser este negocio y las playas de Sitges a día de hoy.

Solo hay pequeños cambios en el formato de las hamacas, toldos y sombrillas, que los hacen más resistentes y más ligeros. Los turistas vienen de todo el mundo a pasar unos días a nuestro pequeño pueblo. El sol es cada vez más fuerte, por lo que ahora se llevan las cremas de alta protección, sombreros y mucha hidratación.